Muchos de los fariseos enseñaban que la
devoción al dinero y la devoción a Dios eran compatibles perfectamente entre sí.
Esto iba de la mano con la enseñanza
popular de que las riquezas terrenales eran un indicio irrefutable de la
bendición de Dios.
Por esta razón los ricos eran considerados
como los predilectos de Dios, aquellos a los que según los fariseos Dios más
amaba.
La riqueza era tenida como una demostración
clara de aprobación divina, aquellos que poseían riquezas podían dar más
limosnas, por lo que era comúnmente aceptado que los ricos eran los seguros
candidatos al cielo.
Jesús destruyo no solo esta noción sino
también la idea de que era posible ganar méritos para asegurar la entrada al
cielo.
-Jesús entonces les dijo a sus discípulos:
—Les aseguro que es muy difícil que una
persona rica entre en el reino de Dios. En realidad, es más fácil para un
camello pasar por el ojo de una aguja, que para una persona rica entrar en el
reino de Dios. - Mateo 19:23-24
-Ningún esclavo puede trabajar al mismo
tiempo para dos amos, porque siempre obedecerá o amará a uno más que al otro.
Del mismo modo, tampoco ustedes pueden servir al mismo tiempo a Dios y a las
riquezas. - Mateo 6:24 (Lucas 16:13)
Luego Pablo también se encargo de ratificar la enseñanza del Maestro diciendo:
-Pero los que sólo piensan en ser ricos
caen en las trampas de Satanás. Son tentados a hacer cosas tontas y
perjudiciales, que terminan por destruirlos totalmente. Porque todos los males
comienzan cuando sólo se piensa en el dinero. Por el deseo de amontonarlo, muchos
se olvidaron de obedecer a Dios y acabaron por tener muchos problemas y
sufrimientos. -1Timoteo 6:9-10
-Adviérteles a los ricos de este mundo que
no sean orgullosos ni confíen en sus riquezas, porque es muy fácil perder todo
lo que se tiene. Al contrario, diles que confíen en Dios, pues él es bueno, y
nos da todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos. Mándales que hagan el
bien, que se hagan ricos en buenas acciones. Recuérdales que deben dar y
compartir lo que tienen. Así tendrán un tesoro que, en el futuro, seguramente
les permitirá disfrutar de la vida eterna. -1Timoteo 6:17-19
Actualmente seguimos escuchando en algunas
iglesias la misma enseñanza farisaica de que mientras más riquezas tenemos es
porque Dios más nos ama y más nos ha bendecido y que eso es señal de que
estamos haciendo las cosas excelentemente y somos un orgullo para el Señor, si
ese argumento fuese cierto nos deberíamos preguntar ¿Dios no ama a los cubanos
o a los africanos?, “recordemos que en Cuba, no verás iglesias con grandes
edificios ni carteles deslumbrantes que hagan los cristianos. Apenas te darás
cuenta de que existe la iglesia… hasta que llegues a conocer a la gente. Una sola
iglesia ha plantado otras sesenta iglesias y una de esas sesenta iglesias ha
plantado otras veinticinco iglesias. Los cristianos cubanos toman a Jesús al
pie de la letra y multiplican la iglesia haciendo discípulos. Nada grandioso ni
extravagante. Simplemente ir, bautizar y enseñar, y en el proceso, plantar
iglesias de costa a costa en esa isla nación.” (Radical -David Platt.)
Hemos aprendido que mientras más tengamos
más debemos dar y creemos que por tal motivo ganaremos la aprobación de
Dios por ende la entrada al cielo,
olvidando o pasando por alto lo que Jesús enseñó:
-Un día, Jesús estaba en el templo, y se
sentó frente a las cajas de las ofrendas. Allí veía cómo la gente echaba dinero
en ellas. Mucha gente rica echaba grandes cantidades de dinero.
En eso llegó una viuda pobre, y echó en una
de las cajas dos moneditas de poquísimo valor. Entonces Jesús dijo a sus
discípulos:
—Les aseguro que esta viuda pobre dio más
que todos los ricos.
Porque todos ellos dieron de lo que les
sobraba, pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir. - Marcos12:41-44
No se trata de dar al Señor porque tenemos
mucho, se trata de dar por agradecimiento aun cuando no tengamos nada, Dios no
está interesado en nuestro dinero sino en nuestro corazón, en nuestra entrega,
en nuestra devoción a Él, debemos darnos cuenta que cualquier cosa que le entreguemos
no se comparará nunca a lo que Jesús ya nos dio, que aunque no tengamos nada lo
tenemos todo porque lo tenemos a Él, que nuestro mayor tesoro es saber que el
Señor está con nosotros día y noche y que no nos alcanzará la vida para saldar
la deuda que tenemos para con Cristo y que aún en la eternidad estaremos
agradeciéndole, glorificándole y alabando Su Santo Nombre. (Apocalipsis 4:8-14/
7:9-12).
No pongamos nuestra fe en las “bendiciones”
recibidas para auto evaluarnos y encontrarnos dignos ante los ojos de Dios, (1Corintios 10:12) recordemos que en el mundo
hay mucha gente que es tan pobre que lo único que tiene es dinero y que
nosotros debemos pensar al igual que Pablo cuando dijo:
-Pero cuantas cosas eran para mí ganancia,
las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo
todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo
Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura,
para ganar a Cristo… - Filipenses 3:7-8
Entonces, entendamos que las riquezas
terrenales no son un indicio de la bendición y/o aprobación de Dios.
No nos dejemos engañar con el desenfoque
siniestro y manipulador de la enseñanza de conocer el árbol por los frutos,
recordemos que esta enseñanza es una advertencia sobre los falsos maestros, la
cual expresa:
El árbol y su fruto
»¡Cuídense de los profetas mentirosos, que
dicen que hablan de parte de Dios! Se presentan ante ustedes tan inofensivos
como una oveja, pero en realidad son tan peligrosos como un lobo feroz. Ustedes
los podrán reconocer, pues no hacen nada bueno. Son como las espinas, que sólo
te hieren. El árbol bueno sólo produce frutos buenos y el árbol malo sólo
produce frutos malos. El árbol que no da buenos frutos se corta y se quema. Así
que ustedes reconocerán a esos mentirosos por el mal que hacen…
¿Debemos dar buen fruto? – Si totalmente,
pero el fruto demandado por Dios, no el fruto que nosotros consideramos que es
bueno, no tomemos el lugar de Dios al juzgarnos nosotros mismos pensando que
las cosas que creemos buenas son el sello que nos certifica como aprobados por
el Señor, no creamos que por tener una Mega Iglesia estamos haciendo las cosas
como Dios quiere, de ser así el Islamismo, Hinduismo, Judaísmo, Budismo y el
Catolicismo estarían totalmente aprobados por nuestro Señor, debemos escudriñar
las escrituras y confrontarnos nosotros mismos para que sea el mismo Dios quien
nos diga si los supuestos frutos que damos y de los que nos jactamos son buenos
o no.
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