jueves, 2 de octubre de 2014

"Repite y serás salvo"


La evidencia de su salvación no es que una vez en sus vidas oraron una oración especial. La evidencia de su salvación en esta, que han continuado caminando con Él y aquel que comenzó la buena obra en ustedes, la terminara.

Tú que has hecho una oración para considerarte salvo, necesito que sepas esto:

Una simple oración no es suficiente para darles la certeza de que Dios los ha salvado, porque si has creído que por recitar una oración el Señor te ha salvado y has continuado caminando por el camino que antes recorrías y no has cambiado en lo absoluto y no has crecido en lo absoluto en las cosas de Dios y desearlo a Él como al aire que respiras y no caminas junto a Él, sino que te has apartado de Su lado de la misma manera en la que antes estabas, entonces déjame decirte que no has obtenido nada repitiendo una oración.

La evidencia de su salvación no es que una vez en sus vidas repitieron una oración “especial”.

La evidencia de su salvación es esta, que hoy continúan caminando a Su lado, hombro a hombro y codo a codo, que han dejado atrás el viejo hombre y arrepintiéndose de ser pecadores han corregido su camino fijando la mirada en el rostro de Dios que los espera con los brazos abiertos.


Reconociendo en sus vidas el precio pagado por Cristo por vuestra salvación y dando testimonio de arrepentimiento que de corazón has entendido que has recibido La Salvación.

Mateo 6:7 "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos."

¿Cómo puedo ser salvo?

Esta pregunta sencilla, pero profunda, es la pregunta más importante que se puede hacer.”¿Cómo puedo ser salvo?” trata dónde pasaremos la eternidad después de terminar nuestras vidas en este mundo. No hay ninguna cuestión más importante que nuestro destino eterno. Afortunadamente, la Biblia es muy clara sobre cómo una persona puede ser salvo. El carcelero de Filipos les preguntó a Pablo y Silas, "Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?" (Hechos 16:30). Pablo y Silas respondieron, "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo.” (Hechos 16:31)

Somos todos infectados por el pecado (Romanos 3:23). Nacemos con el pecado (Salmo 51:5), y personalmente escogemos pecar (Eclesiastés 7:20;1 Juan 1:8). 

El pecado es lo que nos hace ser “no salvos”. El pecado es lo que nos separa de Dios. El pecado es lo que nos tiene en el camino a la destrucción eterna.

Una oración no nos hará salvos si continuamos una vida afín al pecado, si creemos en el Señor de manera indiscutible sabremos que Él murió por nosotros a razón de nuestros pecados por lo cual honraremos Su sacrificio, no teniendo comunión con el pecado siguiendo el ejemplo de Dios.

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