"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho."
— Juan 14:26
— Juan 14:26
Las trampas de los lobos disfrazados de ovejas
Queridos hermanos, deténganse un instante y observen el panorama de ciertas congregaciones que se autoproclaman iglesias de Cristo. En ellas, el Espíritu Santo obra en los corazones de algunos creyentes, guiándolos a escudriñar la Palabra y a huir de las herejías disfrazadas de evangelio. Pero los falsos maestros, que detestan ver cómo el pueblo de Dios abandona sus pseudo-iglesias para unirse a comunidades centradas en la verdad, recurren a frases manipuladoras para mantener a las ovejas bajo su control. ¿No estaremos, al escuchar y aceptar estas palabras sin cuestionarlas, permitiendo que la voz de estos lobos rapaces ahogue la guía del Espíritu Santo en nuestras vidas? ¿No estaremos cediendo al temor humano en lugar de confiar en la dirección soberana de Dios?
Esta estrategia de manipulación no es nueva; desde los días de los apóstoles, los falsos maestros han usado palabras astutas para esclavizar a los creyentes, predicando un evangelio diluido que apela al hombre carnal. Pero cuando el Espíritu Santo abre los ojos de los redimidos y los lleva a la verdad revelada en las Escrituras, estos líderes recurren a frases diseñadas para sembrar duda, miedo y culpa. En este capítulo, exploraremos algunas de las frases más comunes que usan los falsos maestros para impedir que los cristianos busquen iglesias saludables, qué nos enseña la Biblia sobre la verdadera libertad en Cristo, y cómo autores reformados nos exhortan a priorizar la verdad sobre la lealtad mal entendida. Preparen sus corazones, hermanos, porque esta verdad no busca complacerlos; busca liberarlos.
Frases diseñadas para mantenerte atado
Amados hermanos, Jesús nos asegura que el Espíritu Santo está con nosotros para guiarnos a toda verdad (Juan 14:26). Por generaciones, esta promesa ha llevado a los cristianos a escudriñar las Escrituras y huir de lugares donde se predican herejías o un evangelio incompleto que omite las verdades incómodas. Sin embargo, los falsos maestros, temerosos de perder su influencia y control, usan frases manipuladoras para evitar que los creyentes busquen iglesias donde la Palabra sea predicada con fidelidad. A continuación, examinemos algunas de estas frases y cómo la Escritura nos ayuda a responderlas.
1. “No existe iglesia perfecta”
Estimados hermanos, esta frase es una media verdad que busca justificar errores graves y mantener a las personas en congregaciones donde la verdad es distorsionada. Es cierto que no hay iglesia perfecta en el sentido absoluto, porque todos somos pecadores redimidos por gracia. Pero sí existen iglesias saludables: comunidades que están firmes en el evangelio, claras en las doctrinas fundamentales y comprometidas con tomar la Biblia en serio, incluso si tienen diferencias en asuntos secundarios. Como dice 1 Timoteo 3:15, la iglesia es “columna y baluarte de la verdad”, no un lugar donde la verdad sea negociada por conveniencia.
Una iglesia saludable no es perfecta en sí misma, pero es vista como tal por Dios gracias a la obra consumada de Cristo en la cruz. No caigas en la trampa de creer que todas las iglesias son iguales en sus errores. Como dijo Juan Calvino en sus Instituciones de la Religión Cristiana, “donde la Palabra de Dios es predicada con pureza y los sacramentos son administrados conforme a la institución de Cristo, allí está la verdadera iglesia.” Busca una congregación donde Cristo sea el centro y la Escritura la guía, no las palabras de hombres.
2. “Tienes que sujetarte a mí”
Preciados hermanos, la sujeción es un principio bíblico importante, pero no significa obediencia ciega a un líder humano. En 1 Pedro 5:2-3, los pastores son exhortados a apacentar la grey “no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a su cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.” Sin embargo, los falsos maestros usan frases como “tienes que sujetarte a mí” para establecer un control autoritario, algo que la Biblia condena.
Jesús mismo nos advierte en Mateo 7:15-20: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.” Sujetarte a un líder que predica herejías o manipula a las ovejas es como atarte a un ancla que te hundirá. Como nos recuerda Hechos 5:29, “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.” La verdadera sujeción es mutua y siempre está subordinada a la obediencia a Dios y Su Palabra.
3. “A la gente que se va les va mal”
Queridos hermanos, esta frase es una falacia diseñada para infundir miedo y culpa. Es cierto que a algunos que abandonan una congregación por motivos incorrectos—como orgullo o amargura—pueden enfrentar dificultades. Pero cuando un creyente, guiado por el Espíritu Santo y arraigado en la verdad de la Palabra, huye de una falsa iglesia, no hay maldición que lo persiga. Romanos 8:28-30 nos asegura que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Muchos hermanos, incluida yo mismo y otros que he conocido, hemos visto cómo Dios bendice a quienes buscan congregaciones donde la verdad es predicada con fidelidad. Huir de una falsa iglesia no es una sentencia de fracaso, sino un acto de obediencia a Dios que trae libertad y crecimiento espiritual. Charles Spurgeon, en uno de sus sermones, advirtió: “No temas apartarte de aquello que te aleja de Cristo, pues el Señor cuida de los Suyos aun en el desierto.” No dejes que el miedo humano te ate a lo que Dios te llama a dejar atrás.
4. “¡Juzgar es malo!”
Amados hermanos, cuando el Espíritu Santo te guía a salir de una falsa iglesia, no te sorprendas si escuchas esta frase como un intento de silenciar tu discernimiento. Los falsos maestros suelen acusar de “juzgar” a quienes cuestionan sus enseñanzas, pero la Biblia nunca prohíbe el juicio justo. Jesús nos enseña en Juan 7:24: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.” Y en Mateo 7:3-5, nos exhorta a no ser hipócritas al juzgar, pero no elimina la necesidad de discernir entre la verdad y el error.
¿Has notado que quienes más dicen “juzgar es malo” suelen ser los que toleran pecados graves, muestran poco fruto de santidad o predican un evangelio diluido? Esto no es coincidencia. Como dice 1 Timoteo 4:1, “el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” Estamos llamados a discernir y a apartarnos de lo que no glorifica a Dios, no a quedarnos en el error por temor a “juzgar.”
5. “Tienes que crecer donde fuiste plantado”
Estimados hermanos, esta frase apela a un mal entendido sentido de lealtad, pero carece de sustento bíblico cuando se aplica a permanecer en una falsa iglesia. Si el Espíritu Santo te ha abierto los ojos a la verdad del evangelio y te guía a un lugar donde puedas crecer en santidad y servicio, no eres cristiano por haber estado en una falsa iglesia; eres cristiano a pesar de haber estado allí. Como dice Gálatas 1:8, “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” No le debes lealtad a líderes que atentan contra tu fe con enseñanzas falsas.
Si Dios te ha plantado inicialmente en un lugar donde, por Su gracia, comenzaste a crecer en la verdad, pero ahora te guía a otra parte para florecer aún más, no te excuses con esta frase. Como dijo Thomas Watson, un puritano reformado: “La fidelidad a Dios supera cualquier lealtad humana; pues nuestra ciudadanía está en los cielos, no en las instituciones terrenales.” Sigue la guía del Espíritu, no las cadenas de los hombres.
Un llamado a la libertad y la verdad
Preciados hermanos, huir de una falsa iglesia no es un acto de rebelión, sino de obediencia a Dios. No permitas que las frases manipuladoras de los falsos maestros te mantengan atado a un lugar donde la verdad es comprometida. Como dice 2 Corintios 6:17, “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré.” Busca una iglesia saludable donde el evangelio sea predicado con claridad, la doctrina sea firme y el amor a Cristo sea evidente, aun en medio de las imperfecciones humanas.
Es mi oración que el Espíritu Santo siga guiándonos a toda verdad, conforme a la Palabra revelada, y que Dios sea glorificado en nuestras vidas. Que nunca temamos apartarnos de lo que no edifica, confiando en la promesa de Romanos 8:14: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” Que esta verdad nos dé valentía para buscar siempre lo que agrada a nuestro Señor. Amén.
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