Una Doctrina Malentendida
En muchas iglesias contemporáneas, el tema del diezmo se ha convertido en una enseñanza central, presentada como un mandato divino obligatorio para los creyentes. Sin embargo, al escudriñar las Escrituras con diligencia y bajo la guía del Espíritu Santo, encontramos que esta práctica, tal como se enseña hoy en día, carece de fundamento bíblico sólido para la iglesia del Nuevo Testamento. En este capítulo, examinaremos qué dice realmente la Palabra de Dios sobre el diezmo, su propósito en el contexto del Antiguo Pacto y cómo debemos vivir como cristianos bajo la gracia del Nuevo Pacto.
¿Qué significa la palabra "diezmo"?
La palabra "diezmo" proviene del hebreo ma'aser, que significa literalmente "la décima parte". En el contexto bíblico, se refiere a la décima parte de los productos agrícolas o ganaderos que el pueblo de Israel debía apartar para propósitos específicos ordenados por Dios. No era una contribución voluntaria ni un impuesto arbitrario, sino una ordenanza específica dentro del sistema levítico y del pacto mosaico.¿Dónde y a quién ordenó Dios el diezmo como ley?
La primera mención clara del diezmo como una ordenanza legal se encuentra en el libro de Deuteronomio. En Deuteronomio 14:22-23, leemos:"Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año, y lo comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre..."
Este mandato era claro: el diezmo debía ser tomado de los productos agrícolas y ganaderos, y se ofrecía anualmente, no semanal ni mensualmente.
Es crucial notar a quién iba dirigido este mandato. En Deuteronomio 5:1-3, Moisés declara:
"No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos."
Este pacto, incluyendo las leyes sobre el diezmo, fue dado específicamente a la nación de Israel, no a todas las naciones ni a los gentiles. Por tanto, no podemos asumir que esta ley aplica directamente a los cristianos de hoy, quienes no formamos parte del Israel físico ni estamos bajo el pacto mosaico.
¿Qué era el diezmo según la ley de Dios?
El diezmo ordenado por Dios no era dinero, como suele enseñarse hoy, sino productos agrícolas y ganaderos. Esto se detalla claramente en las Escrituras: Levítico 27:30: "Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, es de Jehová..."Levítico 27:32: "Y todo el diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová."
Deuteronomio 14:23: "Y comerás delante de Jehová tu Dios... el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite..."
En ningún pasaje del Antiguo Testamento se menciona que el diezmo debía ser dado en dinero. Más aún, el propósito del diezmo era sostener a los levitas (quienes no tenían heredad de tierra), proveer para los pobres y celebrar las fiestas en el lugar que Dios escogiera (como se detalla en Números 18 y Deuteronomio 14). El "alfolí" mencionado en Malaquías 3:10 (tema que trataremos específicamente más adelante) no era una caja fuerte para dinero, sino un almacén para alimentos, como lo indica el contexto:
"Y haya alimento en mi casa."
¿Es Malaquías 3:8-10 un mandato para los cristianos?
Uno de los textos más utilizados para exhortar a los creyentes a diezmar es Malaquías 3:8-10, donde Dios reprende a Israel diciendo: "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado... en vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición..."
Sin embargo, este pasaje tiene un contexto específico: Dios está hablando a la nación de Israel bajo el Antiguo Pacto, no a la iglesia del Nuevo Testamento. El reclamo era por la negligencia de los israelitas en cumplir con las leyes mosaicas, incluyendo el diezmo de productos agrícolas y ganaderos, que debían llevar al templo para el sustento de los levitas y las necesidades del culto.
Usar este pasaje para exigir el diezmo de dinero a los cristianos es una mala aplicación de la Escritura. Además, el Antiguo Pacto, con todas sus ordenanzas ceremoniales y civiles, ha sido cumplido y abrogado en Cristo. Como dice Hebreos 7:18-19:
"Porque el mandamiento anterior es abrogado por ser débil e inútil (pues la ley nada perfeccionó), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios."
Asimismo, Colosenses 2:14 nos enseña que Cristo "canceló el acta de los decretos que había contra nosotros... quitándola de en medio y clavándola en la cruz." Por tanto, las leyes del Antiguo Pacto, incluyendo el diezmo levítico, no son vinculantes para los creyentes del Nuevo Pacto.
¿Se enseña el diezmo en el Nuevo Testamento?
El diezmo se menciona en el Nuevo Testamento, pero no como un mandato para la iglesia. En Mateo 23:23 y Lucas 11:42, Jesús reprende a los fariseos por su hipocresía, diciendo que diezman hasta de la menta y el comino, pero descuidan la justicia, la misericordia y la fe. Aquí, Jesús no está estableciendo una norma para los cristianos, sino señalando la actitud legalista de los fariseos bajo la ley mosaica.La otra mención significativa está en Hebreos 7:1-14, donde se habla del diezmo que Abraham dio a Melquisedec. Sin embargo, el propósito de este pasaje no es enseñar que los cristianos deben diezmar, sino demostrar la superioridad del sacerdocio de Melquisedec (que prefigura a Cristo) sobre el sacerdocio levítico. En ningún lugar del Nuevo Testamento se exhorta a los creyentes a dar un diezmo obligatorio del 10% de sus ingresos.
En cambio, el Nuevo Testamento nos enseña principios de ofrendas generosas y voluntarias. En 2 Corintios 9:7, Pablo escribe:
"Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."
La ofrenda cristiana no está sujeta a un porcentaje fijo ni a una maldición por no cumplirlo, sino que fluye de un corazón agradecido y generoso.
¿Por qué tantas iglesias enseñan el diezmo obligatorio?
Si el diezmo obligatorio no tiene fundamento en el Nuevo Testamento, ¿por qué tantas iglesias insisten en enseñarlo? La respuesta puede ser doble: Ignorancia de las Escrituras: Algunos líderes no han estudiado a fondo el contexto bíblico del diezmo y repiten tradiciones humanas sin cuestionarlas.
Avaricia y manipulación: Otros, lamentablemente, usan el diezmo como una herramienta para obtener ganancias personales, manipulando a los creyentes con temor y falsas promesas de bendición. Esto es precisamente lo que el apóstol Pedro advierte en 2 Pedro 2:3:
"Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas."
La práctica de exigir el diezmo de dinero, acompañada de amenazas de maldición basadas en Malaquías 3, es una distorsión de la Palabra de Dios. Como cristianos, debemos rechazar estas enseñanzas y regresar a la verdad de las Escrituras.
Vivamos bajo la gracia del Nuevo Pacto
El diezmo, como se prescribe en el Antiguo Testamento, era una ley específica para Israel bajo el pacto mosaico. No hay base bíblica para exigir un diezmo de dinero a los cristianos, ni para amenazar con maldiciones a quienes no lo entregan. En el Nuevo Pacto, somos llamados a dar generosamente, con alegría y conforme a lo que hemos decidido en nuestro corazón, no bajo coacción ni legalismo.
Amado hermano, te exhorto a escudriñar las Escrituras por ti mismo, como nos manda el Señor Jesús en Juan 5:39. No permitas que tradiciones humanas o manipulaciones te aparten de la verdad. Si una iglesia o líder te enseña que debes dar un diezmo obligatorio para evitar una maldición, pregúntate: ¿está esto en armonía con el evangelio de la gracia? Como dice Pablo en 1 Timoteo 6:5, debemos apartarnos de aquellos “que toman la piedad como fuente de ganancia."
Que el Señor te dé entendimiento y libertad para vivir conforme a Su Palabra, no bajo el yugo de mandamientos humanos, sino bajo la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
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