“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que
el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” –
2 Timoteo 3:16-17
El término inspiración y revelación suele
confundirse muy a menudo, y algunos cristianos han entendido que las dos son sinónimos,
la revelación básica o primera y las Escrituras están relacionadas pero no son idénticas.
Una vez más, aunque están relacionadas entre sí, la revelación y la inspiración
no son idénticas. En la revelación, Dios obra a través de los hechos históricos
y experiencias humanas para darse a conocer salvíficamente a los seres humanos.
La inspiración es la obra de Dios a través de los autores bíblicos de manera
que se vea asegurada una declaración autentica y un registro escrito de la revelación.
(2 Pedro 1:20-21).
“La inspiración es aquella influencia del Espíritu de Dios sobre las
mentes de los autores de las Escritura, que hizo que sus escritos fueran el registro de
una revelación divina progresiva y suficiente, cuando son tomados como
conjuntos e interpretados por el mismo Espíritu que los inspiro, para llegar a
Cristo y a la salvación a todo aquel que lo desee honestamente.”
–
Augustus H. Strong.
Mientras que Erickson define la inspiración “como
influencia sobrenatural del Espíritu Santo sobre los autores de la Escritura,
que hizo que sus escritos fueran un registro exacto de la revelación o que
resulto en que lo que escribieron fuera la palabra de Dios.”
Tanto Strong
y Erickson mencionan la agencia del Espíritu Santo; Strong enfatiza la
suficiencia de la Biblia para llevar a los seres humanos a Cristo y a la
salvación, mientras para Erickson es importante afirmar que, en virtud de la
inspiración, la Biblia es la palabra de Dios.
Después de hacer las definiciones del significado
de “inspiración”: veamos las características que se mencionan.
1.- Pablo le dice a su discípulo,
Timoteo, en forma clara y sencilla que:
“Toda
la Escritura es inspirada por Dios.” (v.16). La fuente de toda inspiración
es Dios mismo y, no hay otra fuente.
La fuente de inspiración: Deuteronomio 18:18 (pondré mis palabras
en su boca); 2 Reyes 19:20 (Así ha dicho Jehová); Ezequiel 33:1 (Vino a mí
palabra de Jehová); Amós 2:6 (Así ha dicho Jehová).
2.- La obra y propósito de la inspiración: “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia.” A quienes reciben la
palabra.
Isaías 55:10-11 / Romanos 10:17 / Hebreos 4:12.
Isaías 55:10-11 / Romanos 10:17 / Hebreos 4:12.
3.- El receptor de la
inspiración:
“a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto” (1 Timoteo 6:11) Mas tú, oh hombre de Dios.
4.- El producto de la inspiración:
“enteramente preparado para toda buena obra.”
El apóstol Pablo, le hace una exhortación
a Timoteo, no por el conocimiento de las Escrituras, ya que este las conocía desde
su niñez; sino a razón de que Timoteo esté enteramente capacitado como “Hombre
de Dios”.
La inspiración de Dios Padre es
realizada en su Hijo, Jesucristo, El Señor de señores y Rey de reyes. (Hebreos 1:1-3)
SOLUS CHRISTUS.
- Jesús Idrogo – Iglesia Bíblica Metropolitana
– Venezuela, Noviembre 2.015
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