PASTOR JOHN MACARTHUR.
Estimados hombres de Masters,
El más alto tribunal de la tierra
ha aprobado su juicio. Los titulares proclaman que una ligera mayoría de los
jueces del Tribunal Supremo considera a la libertad de orientación sexual un
derecho para todos los estadounidenses. Este intercambio de un conjunto de
valores a favor de otro no viene como una sorpresa para nosotros que ya sabemos
que el dios de este siglo cegó el entendimiento de los que no creen (2 Cor.
4:4). El 26 de junio 2015 se erige como un hito importante en la demostración
americana de esta antigua realidad.
En los próximos días, se espera
de usted como pastor proporcionar comentarios y consuelo a su rebaño. Este es
un momento crítico para los pastores, y se erige como otro recordatorio de por
qué una formación adecuada es crucial.
Estoy escribiendo este breve
mensaje como un pastor a otro. Los medios de comunicación están llenos de
actualizaciones, y yo no necesito sumar mi voz a la lucha general. En cambio,
yo quiero ayudarle a pastorear su iglesia a través de este tiempo confuso.
Además de los artículos útiles en el blog , también quiero comunicar los
pensamientos siguientes que confío le ayudarán a encuadrar el tema de una
manera bíblica.
Ningún tribunal humano tiene la
autoridad de redefinir el matrimonio, y el veredicto de ayer no cambia la
realidad de que Dios ordenó el matrimonio. Dios no fue derrotado en esta
sentencia, y cada matrimonio será juzgado de acuerdo a motivos bíblicos en el
último día. Nada va a prevalecer contra Él (Proverbios 21:30), y nada va a
impedir el avance de Su reino (Daniel 4:35).
La Palabra de Dios ha pronunciado
juicio sobre cualquier nación que reclasifique lo malo como bueno, la oscuridad
como luz, y lo amargo como dulce (Isaías 5:20). Como nación, Estados Unidos
continúa colocándose en la mira del juicio. Como predicador de la verdad, usted
es responsable de no claudicar en estos temas. En todos los sentidos usted debe
mantenerse firme.
Ningún tribunal humano tiene la
autoridad de redefinir el matrimonio, y el veredicto de ayer no cambia la
realidad de que Dios ordenó el matrimonio.
Esta sentencia demuestra que
estamos claramente en la minoría, y un pueblo apartado (1 Pedro 2: 9-11; Tito
2:14). Como escribí en el libro Por qué el Gobierno no Puede Salvarle, las
normas que dieron forma a la cultura occidental y la sociedad estadounidense
han dado paso al ateísmo práctico y el relativismo moral. Esta decisión sólo ha
acelerado el ritmo del declive. Un país no se elevará por encima de la
moralidad de sus ciudadanos, y la mayoría de los estadounidenses no tienen una
cosmovisión bíblica.
La libertad religiosa no se
promete en la Biblia. En Estados Unidos, la Iglesia de Jesucristo ha disfrutado
de una libertad sin precedentes. Esto está cambiando, y la nueva normalidad
puede incluir una persecución que es nueva para nosotros. Nunca ha habido un
momento más importante para los hombres dotados de ayudar a dirigir la iglesia
manejando hábilmente la espada del Espíritu (Efesios 6:17).
El matrimonio no es el campo de
batalla final, y nuestros enemigos no son los hombres y mujeres que tratan de
destruirlo (2 Corintios 10:4). El campo de batalla es el Evangelio. Tenga
cuidado de no sustituir la paciencia, el amor y la oración con amargura, odio y
política. Mientras usted guía cuidadosamente su rebaño en torno a las trampas peligrosas
por delante, recuérdeles el poder indomable del perdón a través de la cruz de
Cristo.
Romanos 1 identifica claramente
la evidencia de la ira de Dios sobre una nación: la inmoralidad sexual seguida
de la inmoralidad homosexual que culminó con una mente reprobada. Este paso más
reciente nos recuerda que la ira de Dios ha llegado en su totalidad. Ahora
vemos mentes réprobas a todos los niveles de liderazgo – en la Corte Suprema,
la presidencia, el gabinete, la legislatura, la prensa y la cultura. Si nuestro
diagnóstico está en línea con Romanos 1 entonces también debemos seguir la
instrucción que se encuentra en Romanos 1 – no nos avergonzamos del evangelio,
porque es poder de Dios para salvación! En este día es nuestro deber divino y
llamado el fortalecer a la iglesia, las familias, y el testimonio del Evangelio
desechando las tonterías pragmáticas que distraen a la iglesia de su misión
dada por Dios. Los homosexuales –como todos los demás pecadores –necesitan ser
advertidos del inminente juicio eterno y amorosamente ofrecerles el perdón, la
gracia y la vida nueva a través del arrepentimiento y la fe en el Señor
Jesucristo.
En el análisis final, su mayor
contribución a su pueblo será mostrar paciencia y una confianza constante en la
soberanía de Dios, el señorío de Jesucristo, y la autoridad de la Escritura.
Vuelva sus ojos hacia el Salvador, y recuérdeles que cuando El regrese, todo
será corregido.
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