martes, 25 de agosto de 2015

Analfabetismo Bíblico

Durante los días que serví como pastor en Nueva Inglaterra, escuché de un maestro quien le pasó a un grupo de estudiantes de secundaria una prueba de la Biblia. Esta prueba precedía a un curso llamado: La Biblia Como Literatura; el cual planeaba enseñar en una secundaria que era considerada una de las mejores secundarias de la nación. Algunas de las respuestas más asombrosas de estos estudiantes fueron las siguientes:

Sodoma y Gomorra fueron amantes. 
Jezabel fue el asno de Acab.

Algunos estudiantes pensaron que los cuatro jinetes aparecían en la Acrópolis, que los evangelios del Nuevo Testamento fueron escritos por Mateo, Marcos, Lutero, y Juan. . .que Eva fue creada de una manzana y que Jesús fue bautizado por Moisés. ¡En serio! La respuesta que se ganó el premio mayor fue una dada por un chico que era parte del cinco por ciento que tenían el promedio más alto de los que se graduaban.
La pregunta: ¿Qué fue el Gólgota?
La respuesta: Gólgota fue el nombre del gigante que mató al apóstol David.

Si no fuera tan triste, sería muy chistoso. ¿No es asombrosa la falta de educación que tiene el ciudadano común y corriente de la palabra escrita de Dios? En una tierra llena de iglesias y capillas, templos y tabernáculos, sólo hay un insignificante puño de estudiantes con conocimiento del Libro de libros. Tenemos la Escritura con tapa dura, en edición rústica, en tela, y en piel. . .versiones y paráfrasis demasiado numerosas para contar. . .ediciones con letra roja, con letra grande, grandes como diccionarios y pequeñas como microchips. . .y aun así, al pasar de los años una generación tras otra le hereda a la que le sigue su analfabetismo bíblico.
El conocimiento técnico y pericia científica de nuestra nación eclipsan horriblemente nuestro conocimiento básico de la Biblia; ocasionando que nos adentremos a un era similar a la de la edad prehistórica cuando las copias de la Escritura eran encadenadas al púlpito en latín—el idioma privado del clero. . . cuando se le mantenía al público completamente ignorante de las enseñanzas de la verdad transformadora. Pero veo una gran diferencia: en aquella época, la ignorancia bíblica era forzada. . .en nuestro día es voluntaria. Ahí está el detalle más triste de todo.

¿Quién tiene la culpa? ¿Quién merece tener el dedo acusador señalándole? Algunos dirían que la culpa cae sobre los seminarios del mundo. Verdaderamente una parte del problema sí descansa allí. Hoy en día, en nuestro mundo, encontramos que algunos profesores de seminarios ya no se afianzan a ciertas verdades fundamentales como son la deidad de Jesús, Su muerte en sustitución por la nuestra, o Su segunda venida. Y aunque esto nos moleste, estamos agradecidos por seminarios que continúan poniendo su enfoque en el lugar indicado…enseñando y predicando toda la Palabra de Dios.
Otros escogen culpar a los púlpitos de nuestra tierra. La predicación débil puede dañar mucho a una congregación. He dicho durante años que un poco de bruma en el púlpito causa invariablemente una neblina en la congregación. Demasiados predicadores se están especializando en un estilo de predicación vacía, con mucha sazón y condimento, pero sin ninguna proteína o sustancia. Nuestros predicadores deben volver a su responsabilidad primaria: proclamar la Escritura a las personas de Dios y dirigir el camino a la reconciliación con Él.

Aun otros culpan a este sistema satánico y presurizados que llamamos mundo; esta sociedad, con sus súplicas persuasivas y argumentos académicos que nos acusan de tener una “creencia fanática e insensata de la Biblia”. Los cuales nos dicen que si abrazamos las verdades bíblicas, cometemos un suicidio intelectual. Pero los sepultureros que promueven esta mentira no tienen nada que ofrecer en lugar de la Biblia más que una tumba. . .un hoyo frío en el suelo.

Pero a fin de cuentas, la ignorancia bíblica es una elección personalsu elección.
Se necesita de su labor para ocasionar un cambio…así es, se necesita de su acción inmediata.

Copyright © 2011 por Charles R. Swindoll, Inc.
Leamos la Biblia, para así ponerla por obra.


lunes, 24 de agosto de 2015

¿En mi boca hay un Milagro?


"En mi boca hay un milagro”... No, en mi boca no, en Jehová están los milagros no en mi boca, el poder está en mi Señor, no en mí.

Entonces dije !Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. -Isaías 6:5

Se ha introducido en un sector del cristianismo la falsa doctrina de que los hombres tienen el poder en sí mismos para cambiar sus vidas, argumentando que cualquiera puede crear por la fe y las palabras, los sueños que desee solamente declarando positivamente ya que los milagros están en nuestra boca (según esta doctrina).

La lista casi siempre es la misma, Salud, riqueza, felicidad, éxito etc.  Cada uno de nuestras necesidades  se cumplen  o vienen  a nosotros si somos capaces de desarrollar una imagen clara de lo que deseamos o necesitamos y que nada en la tierra impedirá que tengamos estas cosas, bajo la premisa de que todos hemos nacido para la grandeza terrenal, tú has nacido para ganar, Dios quiere que vivas en abundancia, tú naciste para ser  un campeón, incluso van más allá diciendo: 

“Dios quiere concederte los deseos de tu corazón, solo tienes que pedirlo”.

Estamos aprendiendo que debemos hacer nuestros pensamientos positivos para que Dios lleve a cabo nuestros deseos, cree, visualiza y dilo en voz alta, las palabras tienen poder y dan vida a tus sueños, hay un milagro en mi boca o como dice uno de los más grandes  apostatas de este siglo:

“En mi boca está el poder de la vida y de la muerte, Hablaré palabras de vida y no de muerte, de salud y no de enfermedad, de riqueza y no de pobreza, de bendición y no de maldición, porque en mi boca ¡hay un milagro!”

Esta funesta frase encierra nada más y nada menos que la doctrina del "pensamiento positivo" o mentalismo, es decir la llamada confesión positiva. Doctrina oriental que nada tiene que ver con la Biblia.

Los que aceptan esta doctrina satánica o la promueven, la fundamentan en el hecho de que según ellos “funciona” como si esa fuera la única prueba de la Verdad, dan fe de esta enseñanza diciendo:

“Sé que estas cosas son ciertas porque funcionan para mí y mi familia”.

Ahora debemos preguntarnos:

¿Cuál es la fuente de esto? ¿De dónde vienen estas enseñanzas?

Satanás.

¿Por qué digo esto?

Porque la salud, la riqueza, la prosperidad, el cumplimiento de todos tus sueños y deseos es lo que satanás siempre ofrece. Eso se llama TENTACIÓN.

Basada en los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. Eso es exactamente lo que las personas corruptas, caídas y no regeneradas desean. Y por eso es que “funciona” tan bien, ya que bajo este sistema tú puedes hacer sentir a todos religiosos y convertir sus deseos y sus tentaciones en deseos,  de alguna manera honorables.

¿Qué le dijo satanás a Jesús?

Después de ayunar en el desierto cuarenta días con sus noches, Jesús tuvo hambre. 3 Entonces llegó el diablo para ponerle una trampa, y le dijo:

—Si en verdad eres el Hijo de Dios,
ordena que estas piedras se conviertan en pan. -Mateo 4:2-3

Obtén un poco de satisfacción, ¿Por qué tienes hambre?, tú tienes que comer, tienes que ser sano, ¿cuál es tu necesidad? ¿Alimento?... Di con tu boca a esa piedra que se vuelva un pan, tu eres Él hijo de Dios, por favor en ti hay poder.

Luego lo subió a la parte más alta del templo, y le dijo:

—Si en verdad eres el Hijo de Dios, tírate abajo, pues la Biblia dice:
“Dios mandará a sus ángeles para que te cuiden. Ellos te sostendrán, para que no te lastimes los pies contra ninguna piedra.” -Mateo 4:6

¿Por qué te permites ser impopular? Todos te mirarán y el mundo se asombrará, tú serás el ganador, serás el campeón, tú serás el mesías, ellos te aclamarán.

Y de paso si miras los reinos del mundo también te los voy a dar. (Mateo 4:8-10)

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. - 1 Juan 2:15-17

¿Por qué satanás tiene éxito en la vida de algunos?

Porque sus tentaciones si bien pueden parecer nobles externamente, están en perfecto acuerdo con los deseos caídos, corruptos, egoístas, soberbios e impíos de los pecadores.

Es claramente un tipo de falso cristianismo y una visión falsa de Dios.

Dios es el único que se reserva el derecho de hacerte bien, el único con autoridad y poder para traer o no cosas buenas a tu vida.

…¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? – Éxodo 4:11

Solo Dios tiene el derecho de hacerte prospero o darte poco, Dios se reserva el derecho de controlar las circunstancias y los acontecimientos y experiencias de tu vida para sus propios fines y propósitos. (Romanos 11:33-36)

Creo que quienes predican un evangelio diferente odian al verdadero Dios, y temen a muerte que alguien pueda descubrir quien Él es realmente, un Dios de soberanía absoluta, un Dios de conocimiento absoluto, de sabiduría perfecta, de santidad perfecta, quien está en perfecto control de todo, absolutamente soberano sobre todo.

Ese tipo de Dios aterra a ese tipo de personas.

Él es un Dios que se preocupa por el cumplimiento de las cosas a un nivel espiritual ya sea si alguna vez recibes algo a nivel terrenal.

Sí, creo que odian al verdadero Dios. Ya que esconden al único y verdadero Dios de los ojos de sus seguidores y ponen en su lugar un IDOLO de su propia creación.

Y la única recompensa que recibirán será la maldición.


" Pero si aún nosotros, o un ángel del cielo,
les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, 
quede bajo maldición. Como antes lo hemos dicho, también ahora lo repito: 
Si alguno les predica un evangelio diferente del que han recibido, 
quede bajo maldición."



-John MacArthur - Tema: Joel Osteen y su visión falsa de Dios.





¿Enseñamos como fariseos o como seguidores de Cristo?



Muchos de los fariseos enseñaban que la devoción al dinero y la devoción a Dios eran compatibles perfectamente entre sí.

Esto iba de la mano con la enseñanza popular de que las riquezas terrenales eran un indicio irrefutable de la bendición de Dios.

Por esta razón los ricos eran considerados como los predilectos de Dios, aquellos a los que según los fariseos Dios más amaba.

La riqueza era tenida como una demostración clara de aprobación divina, aquellos que poseían riquezas podían dar más limosnas, por lo que era comúnmente aceptado que los ricos eran los seguros candidatos al cielo.

Jesús destruyo no solo esta noción sino también la idea de que era posible ganar méritos para asegurar la entrada al cielo.

-Jesús entonces les dijo a sus discípulos:
—Les aseguro que es muy difícil que una persona rica entre en el reino de Dios. En realidad, es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para una persona rica entrar en el reino de Dios. - Mateo 19:23-24 

-Ningún esclavo puede trabajar al mismo tiempo para dos amos, porque siempre obedecerá o amará a uno más que al otro. Del mismo modo, tampoco ustedes pueden servir al mismo tiempo a Dios y a las riquezas. - Mateo 6:24 (Lucas 16:13)

Luego Pablo también se encargo de ratificar la enseñanza del Maestro diciendo:

-Pero los que sólo piensan en ser ricos caen en las trampas de Satanás. Son tentados a hacer cosas tontas y perjudiciales, que terminan por destruirlos totalmente. Porque todos los males comienzan cuando sólo se piensa en el dinero. Por el deseo de amontonarlo, muchos se olvidaron de obedecer a Dios y acabaron por tener muchos problemas y sufrimientos. -1Timoteo 6:9-10

-Adviérteles a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni confíen en sus riquezas, porque es muy fácil perder todo lo que se tiene. Al contrario, diles que confíen en Dios, pues él es bueno, y nos da todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos. Mándales que hagan el bien, que se hagan ricos en buenas acciones. Recuérdales que deben dar y compartir lo que tienen. Así tendrán un tesoro que, en el futuro, seguramente les permitirá disfrutar de la vida eterna. -1Timoteo 6:17-19

Actualmente seguimos escuchando en algunas iglesias la misma enseñanza farisaica de que mientras más riquezas tenemos es porque Dios más nos ama y más nos ha bendecido y que eso es señal de que estamos haciendo las cosas excelentemente y somos un orgullo para el Señor, si ese argumento fuese cierto nos deberíamos preguntar ¿Dios no ama a los cubanos o a los africanos?, “recordemos que en Cuba, no verás iglesias con grandes edificios ni carteles deslumbrantes que hagan los cristianos. Apenas te darás cuenta de que existe la iglesia… hasta que llegues a conocer a la gente. Una sola iglesia ha plantado otras sesenta iglesias y una de esas sesenta iglesias ha plantado otras veinticinco iglesias. Los cristianos cubanos toman a Jesús al pie de la letra y multiplican la iglesia haciendo discípulos. Nada grandioso ni extravagante. Simplemente ir, bautizar y enseñar, y en el proceso, plantar iglesias de costa a costa en esa isla nación.” (Radical -David Platt.)

Hemos aprendido que mientras más tengamos más debemos dar y creemos que por tal motivo ganaremos la aprobación de Dios  por ende la entrada al cielo, olvidando o pasando por alto lo que Jesús enseñó:

-Un día, Jesús estaba en el templo, y se sentó frente a las cajas de las ofrendas. Allí veía cómo la gente echaba dinero en ellas. Mucha gente rica echaba grandes cantidades de dinero.

En eso llegó una viuda pobre, y echó en una de las cajas dos moneditas de poquísimo valor. Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
—Les aseguro que esta viuda pobre dio más que todos los ricos.
Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba, pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir. - Marcos12:41-44 

No se trata de dar al Señor porque tenemos mucho, se trata de dar por agradecimiento aun cuando no tengamos nada, Dios no está interesado en nuestro dinero sino en nuestro corazón, en nuestra entrega, en nuestra devoción a Él, debemos darnos cuenta que cualquier cosa que le entreguemos no se comparará nunca a lo que Jesús ya nos dio, que aunque no tengamos nada lo tenemos todo porque lo tenemos a Él, que nuestro mayor tesoro es saber que el Señor está con nosotros día y noche y que no nos alcanzará la vida para saldar la deuda que tenemos para con Cristo y que aún en la eternidad estaremos agradeciéndole, glorificándole y alabando Su Santo Nombre. (Apocalipsis 4:8-14/ 7:9-12).

No pongamos nuestra fe en las “bendiciones” recibidas para auto evaluarnos y encontrarnos dignos ante los ojos de Dios,  (1Corintios 10:12) recordemos que en el mundo hay mucha gente que es tan pobre que lo único que tiene es dinero y que nosotros debemos pensar al igual que Pablo cuando dijo:

-Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo… - Filipenses 3:7-8 

Entonces, entendamos que las riquezas terrenales no son un indicio de la bendición y/o aprobación de Dios.

No nos dejemos engañar con el desenfoque siniestro y manipulador de la enseñanza de conocer el árbol por los frutos, recordemos que esta enseñanza es una advertencia sobre los falsos maestros, la cual expresa:


El árbol y su fruto

»¡Cuídense de los profetas mentirosos, que dicen que hablan de parte de Dios! Se presentan ante ustedes tan inofensivos como una oveja, pero en realidad son tan peligrosos como un lobo feroz. Ustedes los podrán reconocer, pues no hacen nada bueno. Son como las espinas, que sólo te hieren. El árbol bueno sólo produce frutos buenos y el árbol malo sólo produce frutos malos. El árbol que no da buenos frutos se corta y se quema. Así que ustedes reconocerán a esos mentirosos por el mal que hacen…

¿Debemos dar buen fruto? – Si totalmente, pero el fruto demandado por Dios, no el fruto que nosotros consideramos que es bueno, no tomemos el lugar de Dios al juzgarnos nosotros mismos pensando que las cosas que creemos buenas son el sello que nos certifica como aprobados por el Señor, no creamos que por tener una Mega Iglesia estamos haciendo las cosas como Dios quiere, de ser así el Islamismo, Hinduismo, Judaísmo, Budismo y el Catolicismo estarían totalmente aprobados por nuestro Señor, debemos escudriñar las escrituras y confrontarnos nosotros mismos para que sea el mismo Dios quien nos diga si los supuestos frutos que damos y de los que nos jactamos son buenos o no.

#EvangelioVerdadero #SanaDoctrina #Biblia #Jesucristo #Verdad






jueves, 6 de agosto de 2015

UN TESTIMONIO PERSONAL SOBRE LOS ENCUENTROS


Este no es un artículo escrito con el ánimo de criticar y difamar al movimiento carismático o pentecostal. Yo creo que en ese movimiento muchos de nosotros fuimos alcanzados por el Señor. De hecho, fue en una iglesia pentecostal donde conocí a Dios (o fui conocido por Él, Gálatas 4:9), y me enamoré de Él. Seguro, a veces me sentía incómodo con las manifestaciones que sucedían allí, pero sé que estaba buscando una relación con el Dios vivo y que Él me buscó allí.

Ahora bien, hay ciertas prácticas y métodos que demuestran ser negativos y peligrosos para los cristianos al compararlas con lo que dicen las Escrituras. Una de esas prácticas son los llamados “Encuentros con Dios”.  A sabiendas de que esta práctica no es universalmente seguida en todas las congregaciones, ni necesariamente de la misma manera, me gustaría 1) Presentar sus orígenes; 2) Describir sus prácticas con mi propio lente,  y por último; 3) Contrastar sus enseñanzas con lo que dice la Biblia.

Desde el G12 hasta Casa de Dios

Es difícil trazar los origines de los Encuentros, pero muchas líneas llevan a mi Colombia. La Iglesia Misión Carismática Internacional, la cual cambió su nombre a G12, se le atribuye haber desarrollado su esquema y su propósito. Después de que miles de personas vivieron cosas “increíbles” en los primeros Encuentros, otras congregaciones en Colombia adoptaron la misma práctica. De allí se esparció la idea por América Latina, hasta llegar a las puertas de la megaiglesia Casa de Dios. Como un efecto dominó, iglesias en todo lugar adoptaron los Encuentros, haciendo algunas modificaciones según su contexto local. Estos Encuentros se desarrollaron con el ánimo de sanar, restaurar y empoderar creyentes a vivir vidas integralmente exitosas.

Describiendo mi Encuentro

Antes del Encuentro, los líderes de mi iglesia tomaron un tiempo para saludarnos y orar por nosotros. Nos dijeron que el Encuentro era una especie de retiro espiritual en el cual nos íbamos a encontrar con Dios. Antes de culminar la reunión, nos hicieron llenar anónimamente una hoja donde había decenas de pecados que habíamos hecho en el pasado: pecados de ocultismo, inmoralidad sexual, fallas de carácter, etc. La verdad que fue un poco incómodo, porque no todos los que estábamos en este pre-Encuentro conocíamos los pecados mencionados en la hoja. Estaban pecados tan raros como rosacruces, proyección mental, pedofilia, y otras cosas bastante tabú. Al finalizar el pre-Encuentro, nos dijeron la fecha y hora de Encuentro para partir al evento.

El día del Encuentro llegó, partimos como a eso de las 4:30 de la mañana hacia una aldea remota. Al llegar allí nos dimos cuenta de que era un campamento preparado por la iglesia. Todo era espectacular y planeado al detalle. A todos nos despojaron de todo menos nuestra ropa y nuestra Biblia. Para rematar, nuestras camas y habitaciones estaban decoradas con nuestros nombres, y con un mensaje de bienvenida de parte de “Dios”.

De ahí para adelante estuvimos en una capilla tapada con bolsas negras de basura para que nadie pudiese notar el tiempo y las sorpresas que tenían para nosotros. En esa capilla estuvimos la mayoría del tiempo, escuchando varias sesiones sobre clases de pecados generacionales que afectan la vida del cristiano: sexualidad, ocultismo, adicciones, finanzas, la familia y el carácter. Al final de cada sesión había una ministración para quienes se arrepentían de cada pecado. Se oraba y se intentaba sacar espíritus que atormentaban a la gente. En medio de las sesiones era común ver personas prorrumpir en llanto o en risas, reconciliaciones e incluso se manifestaban aparentes posesiones demoniacas.

El fuego de estas emociones se volvió común a medida que los líderes consolaban a quienes estábamos allí. Lo más memorable fue cuando nos pusieron grabaciones de seres queridos, expresando públicamente cuánto nos amaban. Después de un día entero lleno de emociones, los líderes trajeron una cruz en la cual todos debíamos clavar los sobres en los que habíamos escrito lo que no agradaba a Dios, acompañado de una canción que hablaba del amor de Dios y nuestra respuesta a Él.

Hasta ese punto, yo aún no había visto, encontrado, ni oído a Dios como lo había anticipado. Esperaba que en la última sesión los líderes impusieran sus manos y yo pudiese sentir el fuego de Dios. Efectivamente, muchos empezaron a temblar y caerse genuinamente. Por mi parte, yo no sentía nada hasta que la esposa del pastor se me acercó y me dijo: “Créelo, Juan David. Créelo. ¡Habla en lenguas!”, a lo que yo respondí que no podía. Realmente me estaba esforzando por sentir a Dios, pero no pasaba nada, hasta que la mujer me dijo: “Juan David, di el abecedario”. Yo con la fuerza de querer sentir empecé: “a,b,c,d,e,f,g,h,i……..guatrnspakrlaees”, y hablé en algo que jamás había hablado. Yo lo describo como algo que tomó control de mis emociones y  que se intensificó a causa del gozo de poder haber logrado algo “sobrenatural”. Empecé a llorar y a gritar, más que todo regocijándome de que al fin ¡me había encontrado con Dios! Al menos eso creí.  

Después de la ministración, todos llegamos directamente al servicio dominical a dar nuestro testimonio personal de restauración. Ese servicio dominical fue increíble. Muchos se reconciliaron con sus esposas, padres y amigos. Las 70 personas que habíamos ido al Encuentro nos comprometimos a servir y amar a Dios. Estando ya en casa, sentí que estaba levitando en éxtasis emocional por Dios. Sentía que amaba a Dios.

La primera semana post-Encuentro fue maravillosa. Oré todos los días, leí todos los días, y hablaba en lenguas todos los días. Ya a la tercera semana sentí que Dios se había ido. Me costaba orar, estaba siendo bombardeado con la tentación y me pesaba la culpabilidad al no poder sentir el Espíritu como lo sentí aquel día. Mi espiritualidad se volvió un desastre. Dependía de fuertes emociones, llantos, y manifestaciones sobrenaturales. Leía las Escrituras con el fin de sentir a Dios en lo físico y en las emociones. Con el tiempo, mis compañeros del Encuentro me confesaron la misma lucha. A otros, lamentablemente, no los volví a ver jamás en los caminos de Dios. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba el Dios con el que nos encontramos? ¿Acaso se limitó al Encuentro?

Contrastando los Encuentros con las Escrituras

A manera de conclusión, quiero llamar la atención a algunos puntos de lo que la Escritura nos enseña:

Los seres humanos fuimos hechos para encontrarnos con Dios, aunque Él no está lejos de nosotros como para que necesitemos un momento especial: “Para que buscaran a Dios, y de alguna manera, palpando, Lo hallen, aunque Él no está lejos de ninguno de nosotros. Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de los poetas de ustedes han dicho: ‘Porque también nosotros somos linaje Suyo”, Hechos 17:27-28.

Aunque los pecados y maldiciones generacionales tienen cierta presencia en el Antiguo Testamento, luego de la conversión somos nuevas criaturas. No hay cristianos “bajo maldición”: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura (nueva creación) es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas” (2 Corintios. 5:17). Esta es una declaración enfática, no una posibilidad futura. Todo el que está en Cristo es nueva criatura.

Nuestra espiritualidad es una disciplina. No se trata de estar en éxtasis y de siempre buscar llorar y sentir a Dios emocionalmente. Aunque eso puede suceder, no debe ser nuestra búsqueda principal: “Pero nada tengas que ver con las fábulas profanas propias de viejas. Más bien disciplínate a ti mismo para la piedad. Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura”, 1 Timoteo 4:7-8.

El proceso de cambio en una persona es guiado por el Espíritu Santo: es obra suya, en su tiempo. No podemos pretender que con un retiro de dos días y con ciertos métodos seremos purificados o integralmente exitosos. La santificación es una obra para toda la vida. “Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús”. Filipenses 1:6.

La Escritura es suficiente para encontrar a Dios diariamente. Es ella quien da testimonio de Cristo, nuestro Salvador y Libertador, y es ella Su principal forma de revelarse a nosotros y transformarnos a través de Su Espíritu: “Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto (apto), equipado para toda buena obra”, 1 Timoteo 3:15-16.

Juan David Correa (BTh) nació en Colombia y es nacionalizado Canadiense. Obtuvo su licenciatura en Teología y Geografía en Western University of Ontario. Actualmente reside en los Estados Unidos donde cursa una Maestría en Divinidades en el Southern Baptist Theological Seminary. Está casado con la mujer de sus sueños Tatiana, y los dos viven en Louisville, Kentucky. Él ha servido a la comunidad Hispana desde su adolescencia, participando en diferentes plantaciones de iglesia y asistiendo las necesidades socioculturales de la comunidad. Su visión y misión es predicar el evangelio en America Latina junto con su esposa. Puedes encontrarlo en Twitter: @yohannandavid.


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